La mayoría de los conductores nos ponemos siempre el cinturón de seguridad. Sin embargo, todavía son muchos los que por reticencia o por olvidadizos siguen subiéndose al coche sin hacer uso de este importante sistema de seguridad. No podemos olvidar que una colisión a 50 km/h contra un objeto rígido equivale a caer desde un tercer piso. ¿Qué puede ocurrir si no llevamos cinturón de seguridad?
El cinturón es el elemento de seguridad pasiva más eficaz de un vehículo. Combinado los airbags y los reposacabezas reduce el riesgo de fallecer en un accidente de tráfico, así como de sufrir heridas de gravedad. Su uso no solo evita que el viajero salga despedido del habitáculo sino que frena el cuerpo en caso de impacto, es decir, amortigua su deceleración (vendría a actuar como una especie de paracaídas). En España, la normativa obliga a utilizarlo en todas las plazas, incluidas las traseras (los menores con una estatura inferior a los 136 cm deben ir en su correspondiente SRI).
Sin embargo, a pesar de que llevarlo abrochado salva vidas y evita sanciones (200 euros de multa y retirada de 3 puntos del carnet de conducir), todavía hay personas que circulan sin él. Y esto significa que, si sufren un siniestro de tráfico, están multiplicando las posibilidades de morir y, en caso de supervivencia, están incrementando la gravedad de las heridas en la cabeza, piernas y tórax.
Sin ir más lejos, según datos de la DGT, el 23 % de los fallecidos en accidentes de turismos y furgonetas durante 2018 no usaban su correspondiente sistema de retención en el momento de la colisión. Concretamente, murieron 185 personas (165 en vías interurbanas y 20 en tramos urbanos). Una cifra que hubiera podido ser menor si su cinturón hubiese estado abrochado.
El cinturón de seguridad ha de pasar a la altura de la clavícula y el hombro
Si bien abrocharse el cinturón es muy sencillo. Hay que tener en cuenta varias consideraciones para que su efectividad sea óptima. La banda debe ir completamente ceñida al cuerpo, evitando ropa muy voluminosa como chaquetas o abrigos. Tampoco es nada recomendable colocar almohadillas o protectores decorativos.
Es importante que la cinta pase a la altura de la clavícula y no por el cuello, ya que pueden producirse graves lesiones en caso de accidente. Para ello, se puede regular la altura del anclaje de los cinturones (de serie en muchos coches actuales) o bien regulando la elevación de los asientos. Asimismo, hay que prestar especial atención a la inclinación de los asientos. Viajar con el respaldo muy abatido hacia atrás puede favorecer el denominado efecto submarino, que provoca el deslizamiento del cuerpo por debajo de la cinta. Para evitar esta misma situación no hay que poner toallas, almohadas o cojines entre el asiento y el cuerpo.
Una vez fijado el anclaje y comprobado que la banda discurre completamente plana por abdomen y tórax, es recomendable añadir un poco de tensión de forma manual al cinturón con el objetivo de reducir en bastantes centímetros el desplazamiento frontal en un fuerte impacto. De hecho, numerosos fabricantes equipan sus vehículos con tensadores automáticos de cinturón que, una vez conectados, se retraen fuertemente hacia detrás para asegurar una correcta sujeción.
Beneficios
Los beneficios del cinturón de seguridad son evidentes: reduce un 50% la probabilidad de muerte en accidente y alcanza su máxima eficacia en los vuelcos, donde disminuye el riesgo de fallecimiento en un 77%, según un estudio de la Dirección General de Tráfico (DGT) y del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS).
Abrocharse el cinturón de seguridad puede reducir hasta un 80% la probabilidad de muerte en un accidente de tráfico. A pesar de todo, todavía algunos conductores y pasajeros no lo usan. En la última campaña de vigilancia, Tráfico detectó nada menos que 2.728 personas sin llevar puesto el cinturón y en tan sólo una semana de controles
Cómo usarlo correctamente
Para que funcione correctamente, el cinturón debe llevarse sobre las partes duras del cuerpo, apoyado en la clavícula, a medio camino entre el hombro y el cuello y sobre las crestas ilíacas en la pelvis, nunca sobre el abdomen. El cinturón de tres puntos cuenta con una banda superior (torácica) y una banda inferior (pélvica); ambas deben estar ajustadas al cuerpo sin holgura. No deben usarse accesorios como cojines bajo el asiento ni llevar las bandas retorcidas.
Abrocharse el cinturón de seguridad puede reducir hasta un 80% la probabilidad de muerte en un accidente de tráfico. A pesar de todo, todavía algunos conductores y pasajeros no lo usan. En la última campaña de vigilancia, Tráfico detectó nada menos que 2.728 personas sin llevar puesto el cinturón y en tan sólo una semana de controles.
Las consecuencias pueden ir desde lesiones leves hasta lesiones calificadas como graves e incluso la muerte. Todo depende del tipo de accidente y de la velocidad a la que se vaya. En 2014, 194 de los 822 fallecidos usuarios de turismo y furgoneta no hacían uso de dicho dispositivo (el 24%).
Tal y como indican desde la propia DGT, si colisionas contra un objeto rígido, a una velocidad de 120 km/h, equivale a caer desde el piso 14. Las probabilidades de sobrevivir son prácticamente nulas si no llevamos el cinturón de seguridad abrochado.
Además, debemos tener en cuenta que el airbag y el cinturón son complementarios. La plena eficacia del airbag va acompañada del uso correcto del cinturón de seguridad, evitando así abrasiones y consecuencias mayores.
El cinturón no sólo impide que nos lesionemos a nosotros mismos y que salgamos disparados del habitáculo sino también que podamos provocar heridas en otros. Evita así que choquemos contra otros pasajeros del vehículo. No utilizar el cinturón de seguridad en los asientos traseros supone un gran riesgo, ya que en un impacto frontal, la probabilidad de que un ocupante de los asientos de atrás golpee mortalmente a otro pasajero de los asientos delanteros puede ser hasta 8 veces mayor.
Acá algunas recomendaciones sobre cómo se debe llevar el cinturón?
- Debe ir ceñido al cuerpo. Por este motivo no se deben usar pinzas o ropa demasiado voluminosa.
- No se debe poner nada debajo del cinturón.
- Se debe comprobar, una vez abrochado, que no está enganchado ni enrollado.
- La parte superior de la cinta tiene que pasar por la clavícula, entre el cuello y el hombro. Si está próximo al cuello, puede causar lesiones graves.
- El asiento tiene que estar en ángulo recto para evitar el efecto submarino.
- Debemos cambiar el cinturón de seguridad cuando se sufra un golpe ya que puede haber perdido eficacia e incluso puede tener roturas en los sistemas de anclajes.
Consecuencias de un mal uso
Las consecuencias pueden ir desde lesiones leves hasta lesiones calificadas como graves e incluso la muerte. Todo depende del tipo de accidente y de la velocidad a la que se vaya. En 2014, 194 de los 822 fallecidos usuarios de turismo y furgoneta no hacían uso de dicho dispositivo (el 24%)
Tal y como indican desde la propia DGT, si colisionas contra un objeto rígido, a una velocidad de 120 km/h, equivale a caer desde el piso 14. Las probabilidades de sobrevivir son prácticamente nulas si no llevamos el cinturón de seguridad abrochado.
Además, debemos tener en cuenta que el airbag y el cinturón son complementarios. La plena eficacia del airbag va acompañada del uso correcto del cinturón de seguridad, evitando así abrasiones y consecuencias mayores.
El cinturón no sólo impide que nos lesionemos a nosotros mismos y que salgamos disparados del habitáculo sino también que podamos provocar heridas en otros. Evita así que choquemos contra otros pasajeros del vehículo. No utilizar el cinturón de seguridad en los asientos traseros supone un gran riesgo, ya que en un impacto frontal, la probabilidad de que un ocupante de los asientos de atrás golpee mortalmente a otro pasajero de los asientos delanteros puede ser hasta 8 veces mayor.
Una situación que se puede dar, comenta Luis Martínez, ingeniero del Instituto Universitario del Automóvil (INSIA), es la de llevar la banda superior “fuera del hombro, es decir, muy próxima a su extremo lateral”. Si el vehículo dispone de airbag, la falta de sujeción estaría compensada con la acción de este otro elemento. En caso contrario, “podría provocar un impacto de la cabeza con el parabrisas o el salpicadero, llegando a producir conmociones cerebrales y severas lesiones cervicales debido a la hiperextensión del cuello”, asegura el experto del INSIA. El efecto submarino es otro problema: se produce cuando el cuerpo del ocupante del vehículo se desliza por debajo de la banda abdominal. Esta situación es muy peligrosa por tres razones, según el INTRAS: “Aumenta el riesgo de chocar contra el salpicadero o el volante, coloca el cinturón sobre el abdomen, lo que provoca lesiones internas graves, y el deslizamiento del cuerpo puede hacer que se estrelle contra la parte baja del habitáculo sufriendo graves lesiones (sobre todo fracturas en las piernas)”. Para evitar el efecto submarino debe colocar bien el cinturón y sentarse correctamente sin añadir complemento alguno al asiento, como cojines, riñoneras, almohadones o aislantes de bolas. Las embarazadas deben usar también el cinturón y ponerse la banda ventral bajo el abdomen. Un uso inadecuado del cinturón resta eficacia a la prevención de las lesiones e incluso puede producir daños graves.
No podemos olvidar que en una colisión frontal de un vehículo que circula a 80 km/h si sus pasajeros no llevan abrochado el cinturón, el resultado suele ser la muerte o lesiones graves.
Fuentes consultadas: https://www.lavanguardia.com https://revista.dgt.es/ https://www.fundacionmapfre.org/
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