Muy cierto aquello de “no se puede tapar el sol con un dedo” y lo digo porque es imposible (e idiota) negar la crisis que se vive en Venezuela, pero, lo que no es imposible es enfrentarla con actitud positiva.
Asombra el nivel de pesadumbre, decepción, derrotismo, desilusión y tantos otros sentimientos negativos que han afectado a la población debido a la crisis económica y social de Venezuela. Indudablemente, estoy hablando de la consecuencia normal de una moneda que ha perdido angustiosamente su valor adquisitivo.
Pese a lo grave de la crisis no menos grave (y quizás sea lo más grave) es el hecho de que el ciudadano común ha sucumbido ante la negatividad: es como tener enfrente a una fiera feroz y simplemente no hacer nada y en consecuencia ser devorado … ¡eso es exactamente lo que está ocurriendo!.
¿Por qué no revisar y aprender de la historia de países que han pasado peores situaciones, que han quedado “arrasados” por efectos de guerras? ¿cómo salieron adelante? ¿qué tienen ellos que el venezolano no tenga?.
Ciertamente me estoy refiriendo a la actitud. Queremos seguir viviendo dentro de nuestra zona de confort, y no nos hemos dado cuenta (o no queremos reconocerlo) que vivimos momentos de profunda “crisis” que demandan ajustes acorde a los mismos.
Es asunto de explorar nuevas y mejores oportunidades. Trabajar más duro y mejor. Dejar el despilfarro, … y, quienes no estén dispuestos a esos ajustes. ¡simplemente que terminen de emigrar!, pero, quede claro que quien se quede no le queda otra salida que asumir los cambios que cité, y, quizás otros tal vez aún más críticos, pero que de no asumirlos, la consecuencia será hambre y cuidado si no termina en suicidio o en locura.
Una situación negativa no se enfrenta con una actitud negativa. No es con quejabanza que resolvemos nuestra situación sino con trabajo creativo, en todo caso, a los que viven quejándose, acábense de ir (como suelen decirlo asiduamente cual almas en pena) y dejen libre el paso a quienes quieran levantar a Venezuela.
La crisis ha generado una cultura distinta. Ha erradicado el facilismo, el derroche, el postergacionismo, con esos antivalores no tenemos oportunidad de avanzar, ¡hay que cortar definitivamente con ellos!. En su lugar, se abren paso valores más sólidos que apuntan a una vida de más compromiso social y familiar, por ejemplo, el fin de semana de borracheras, la impuntualidad en el trabajo, ya son estilos de vida inviables, porque o come la familia o se gasta el dinero en alcohol ¿qué creen que elegirá el sujeto responsable?.
Cuando nace un hijo en la familia, todo cambia. Y, tómese como metáfora para la nueva Venezuela, que renacerá de sus cenizas, pero, necesita que tal como una familia, todos cambien para llevar adelante la responsabilidad que nos corresponde: es la cultura de la crisis, donde los valores sociales se ajustan a las demandas que exige el momento, una cultura de crisis es una cultura de cambios necesarios, urgentes, impostergables.
Una cultura de crisis es una cultura que impone en la persona la necesidad de una visión positiva y optimista para tener la madurez para visualizar oportunidades más productivas.
No todas las circunstancias que se te presentan en la vida son positivas, pero depende única y exclusivamente de tí, el convertir en positivo lo negativo que pone a prueba tu fortaleza interior. En este blog, se ofrecen al lector muchas publicaciones cargadas de positividad, y todas se orientan al logro de una VIDA EN POSITIVO. Inició el 05-09-12. Angel Paz
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