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viernes, 10 de julio de 2020

La belleza de la vida, es positivamente relajante


¿Tienen poder las imágenes positivas para incidir terapeúticamente en contra de los estados de ánimo negativos? , ¿realmente te pueden relajar cuando quieres aliviarte del estrés?. Sucede que en la literatura de desarrollo personal y de eliminación del estrés crónico, es muy reiterativa la sugerencia de visualizar imágenes o escenas con contenido positivo (mi imagen introductoria lo ejemplica al detalle), que evoquen la belleza de la vida, en personas, momentos y lugares que pueden inducir esas emociones positivas que puedan relajarte; y es que firmemente sostengo que hay mucha belleza en la vida y su contemplación o recuerdo insisto … es relajante…. ¡en cualquiera de sus formas!, y claro está que como hombre, la belleza femenina está en un pedestal de preferencia (obviamente ellas sienten lo mismo respecto a nosotros), pero insisto, sin desechar las otras múltiples manifestaciones de belleza. De manera que, para mí, nada es más relajante que la contemplación de la belleza. De seguido algunas reflexiones al respecto.
        Hay momentos en la vida, que es tal la presión a que nos vemos sometidos por las circunstancias, que se hace “imprescindible” en beneficio de nuestra salud física y emocional, el plantearnos seriamente tomarnos una pausa y ordenarle a nuestro diálogo interno un impostergable: ¡RELÁJATE!. En el pensamiento positivo encuentro un buen aliado, y a mí me funciona de la manera que comparto con mis lectores en esta publicación, que espero sea de máxima utilidad.

        En primer lugar, dicho contenido positivo puede ser una fotografía o una imagen de algo que consideramos positivo. Dicha fotografía (con un paisaje natural, una persona o algún lugar especial) puede ser un escenario donde experimentamos emociones muy gratificantes, o una fotografía con amigos o familiares que al verlas nos inducen emociones de alegrías pasadas muy significativas en nuestras vidas.
        De hecho, conozco personas que el recuerdo de ciertos lugares parece que los transportara a esos sitios y sienten un nivel de euforia muy especial (algo recurrente en inmigrantes). Ver fotos de tales sitios es suficiente para relajar su ánimo.


        En segundo lugar, afirmo que la recreación mental imaginada de un evento positivo de nuestro pasado, como por ejemplo, recordar el instante de cuando ocurrió nuestro primer beso, hace que “revivamos” emociones experimentadas en ese momento al que damos especial importancia y valoración. Recordar un beso es una experiencia altamente satisfactoria, de lo cual puede dar crédito cualquier lector de este post.


        En lo personal, puedo afirmar por experiencia propia que tal metodología no está distanciada de la realidad, porque ciertamente en los dos ítems citados, he experimentado esa energía emocional renovadora de fe y esperanza. Mi conexión con fotos o recuerdos sublimes me alienta, y, he visto personas a quienes les ocurre lo mismo. Lo mismo puedo decir con respecto a ilustraciones con mensajes positivos (como la ilustración introductoria de esta publicación) que son reiterativamente aconsejadas en diferentes terapias cognitivas y textos de autodesarrollo, por lo cual ya es práctica asidua toparse con infinidad de frases para mejorar la autoestima.
        Considerando todo lo anteriormente desarrollado, invito al lector a hacer una pausa para que concienzudamente reflexione por unos minutos, en la interrogante que ofrezco en la imagen que sigue a continuación:


        Es que la imagen anterior, realmente me hace pensar que amargarse por cosas negativas, que pertenecen incluso al pasado (y que por tanto no lo podemos remediar) además de pérdida de tiempo es lo más ridículo, inmaduro y nocivo para la salud… es autodestructivo. Metafóricamente hablando: es como si teniendo ante nosotros una fruta madura en buen estado y otra podrida, escogiésemos la podrida, ¿ilógico cierto? Insisto: hay mucha, pero mucha belleza en este mundo, muy pero muy relajante, … para irónicamente ver lo feo que nos sucede, ¡no lo permitas!, y ten siempre presente que: “La belleza de la vida, es positivamente relajante”.


        Esto es así porque con tales experiencias, tu cerebro te recompensa con endorfinas que activan los sistemas de placer llevándonos a experimentar estados de ánimo positivos. Bien lo plantea la psicología en aquello de que lo que nos afecta no es el suceso vivido, sino el cómo lo asumimos: por ejemplo, un beso puede revivir emociones positivas intensas, pero en otras personas puede evocar todo lo contrario por causa de una ruptura que la persona guarda en su mente de manera lastimosa, obviando lo positivo de lo vivido en dicha relación.


        Así las cosas, te preguntarás: ¿Por qué escribo esto? Es porque hay mucha belleza en la vida, en personas, lugares o eventos, cuya terapia en forma de imágenes o recuerdos, tienen un poder muy relajante. De manera que no hay justificación sensata a quedar atrapados por la infelicidad que le impregnamos a momentos y personas que nos han herido, porque de los tales se deriva un aprendizaje muy valioso y paradójicamente muy relajante, porque aprendimos de esos sucesos y esas personas a ser más cautelosos y evaluar bien a quien aceptamos en nuestras vidas. Ver lo positivo de algo que evaluamos como negativo es la actitud que conduce al crecimiento personal y tal actitud es verdaderamente relajante, y he comprendido, además, que es la actitud más recomendable para mantener la salud mental; y creo que el mensaje de cierre de mi última imagen de apoyo lo resume en términos tan exactos, que ni tiene desperdicio ni requerie ninguna añadidura, disfrútenla:

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